lunes, 3 de mayo de 2010

La historia de Olleen.


Olleen era un pequeño elfo del Reino de la Noche en el bosque de Aluk. Su vida transcurria entre botes de hidromiel y flores de kayú , libélulas y mariposas que revoteaban junto a él por las sendas y caminos que recorría repartiendo su mercancía.

Todas las hadas amaban a Olleen. Era tan tierno y dulce y olia tan bien...dejaba un rastro de luz bajo sus piececillos de duende y cantaba una cancion mientras caminaba llenando de alegría todo a su paso.

Una noche Olleen quiso obsequiar a las hadas con una flor de ibisco para prender en sus cabellos y recogiendo estas flores cayó en una trampa para alimañas que los humanos acostumbraban a colocar cerca de los rios.

El dolor fue tan intenso que Olleen no pudo más que emitir un grave quejido y atrapado en aquel artilugio quedó resignado a su suerte.

Al amanecer Olleen permanecía alli atrapado puesto que nadie oyó su lamento ni pasó por allí elfo. hada o criatura de la noche alguna para poder socorrerle. De repente oyó unos pasos como si de un animal a cuatro patas se tratase y efectivamente, era una loba que sus tres retoños caminaba sigilosa entre la maleza . La loba permaneció durante unos segundos mirando atentamente a Olleen y este temblaba de miedo con la certeza de que iba a ser devorado por aquel animal de mirada penetrante. La loba fue acercándose a Olleen y recogiendo a sus tres cachorros fue aproximándose a su futura presa. Olleen se encomendó a las diosas protectoras y los caballeros de la noche pero nadie acudía...

La loba llegó a su presa y olisqueó ...por allí estaban aún esparcidas las flores de ibisco y los tarros de hidromiel...los lobeznos empezaron a lamer la miel y a jugar con las flores y la madre permanecia quieta observando la escena orgullosa de sus tre retoños y a la vez sin quitar la vista de Olleen que permanecia tembloroso y cada vez más convencido de que había llegado su fin.

Volvió a encomendarse a todos de nuevo y nadie acudió...la luz del día era cada vez más presente...sin duda era el fin.

La loba se acercó y con la pata sujetó el artilujio por la parte de la base ..Olleen se estremeció y cerró los ojos...ella tiro de la traviesa metálica que presionaba las cortas piernecitas de Olleen con sus poderosos incisivos y tiró de ella hasta que consiguió liberarlo...Olleen dudó si hechar a correr o quedarse quieto y mientras tanto el animal empezó a lamerle las heridas. Olleen no daba crédito. Ella le empujó levemente con el ocico y lo levantó...Olleen se dió cuenta en ese instante que ella le estaba invitando a que se marchara....no podía creer lo que le estaba sucediendo.

Dió unos pasos y la loba mirándole y torciendo la cabeza ante los gemidos de Olleen ladró impulsiva a sus cachorros y desapareció entre la maleza..

El sol dañaba las pupilas de Olleen que caminaba cojeando bosque adentro. Aquella noche y las siguientes fabricó leche de almeldras dulces y puso tres cacitos a la vera del río...

La huida.


Quizás Gatwich nunca pensó que las leyes que el había creado para los habitantes de su pequeño reino, iban a afectarle tan de cerca ...quizás hubiera sido más venévolo
a la hora de crear un decálogo de comportamiento para sus súbditos ...pero la aplicación de sus leyes era para todos por igual, sin excepciones.
Tenía dos hijas, Sarah y Duna. Sarah había sido siempre una hada refugiada en sus quehaceres y en su inspiración poética que evocaba al caer la noche en sus odas cantadas bajo la luz de la luna...expléndida Sarah recitaba aquellas hermosas estrofas que se oian por todo el bosque como una melodiosa canción de cuna.
Mientras Duna se acicalaba detrás de los árboles a la espera de que algún habitante del bosque la sorprendiera e intentara seducirla..era un hada muy segura de si misma pero tenía un pequeño rastro de soberbía que ennegrecia su absoluta y original belleza...la segunda hija del Rey Gatwich pertenecia a la estirpe de hadas que sólo por su belleza dominan inexplicablemente el poder de la admiración.
Una noche cerrada y fría Sarah había recogido los frutos rojos y las bayas y había puesto un tarro de hidromiel en el aposento de su padre...mientras Duna se peinaba sus rojos cabellos y se miraba reflejada en el río gracias a un pequeño rayo de luna que se había colado por entre las oscuras nubes. Sarah permanecía observándola y creyó oir la llegada de su padre cuando resultó ser una sombra que penetraba en la oscuridad del bosque como una luz destelleante y se acercaba sigilosa y segura. Cuando estuvo cerca de ellas extendió su mano y saludó amablemente...las dos desaparecieron tras el árbol Madre y susurraron entre risas que aquel caballero misterioso parecia haberse perdido en la inmensidad del bosque milenario...salieron de las sombras y se acercaron...Sarah reclinó la cabeza y dirigió su mirada hacia él con humildad mientras que Duna, altiva, se acercó invitándole a besar su mano. El misterioso caballero respondió besándola y admirando su belleza preguntó por el camino a Sotherland, la aldea más cercana. Sarah le indicó el camino haciendo gala de sus poderes luminosos que dejaron ver perfectamente el camino en el horizonte. Pero Duna le sugirió acompañarle hasta cerca de la aldea...a lo que Sarah se negó y ante esa negativa Duna aún se creció más en su imprudencia y así fué.
Sarah no pudo hacer nada ante la negativa de su hermana...se había ido con aquel misterioso caballero...había transgredido una de las reglas del Kurtan, el libro sagrado del bosque. Las hadas no podian relacionarse con seres humanos...no podían enamorarse de hombres...y menos la hija del Rey.

Pasaron unas cuantas noches hasta que Duna regresó. Su hermana había callado ante su padre, dándola así por perdida en la inmensidad del bosque y con la esperanza cada noche de encontrarla, Gatwich recorria de un extremo a otro su territorio y mandando a sus elfos guardianes tras las pista de Duna...
Aquella noche Duna volvió´. Gatwich no preguntó solo abrazó a su hija y preparó una fiesta. Duna quisó ocultar por mucho tiempo aquella historia pero a los nueve meses nació Isobel una preciosa niña humana. De su madre solo heredó su belleza ...
Inmediatamente Gatwich desterró a su hija Duna y a su nieta Isobel del reino de la noche ...Sarah quiso ayudar a su hermana dándole unas semillas de ospit para recobrar al padre de su hija.
Después de un tiempo Duna volvió implorando a su padre el rey que la perdonara...la niña había sido entregada a su padre puesto que no podía tener cabida en el mundo de las hadas...Duna había cambiado ya no era la Duna sobervia y altiva ...su padre perdonó pero dijo que permanecería desterrada un tiempo hasta que el hada de la Luz fuera en su rescate...
Illyllon fué e iluminó su camino ... Duna volvió al lado de su padre y de su hermana Sarah y fué destinada al cuidado de los intocables...

domingo, 2 de mayo de 2010

Illyllon y la tormenta.



Súbitamente Illyllon perdió la calma con aquel ensordecedor estruendo y dejó ciegos sus bellos ojos por un instante, hasta que por fin logró ver de nuevo y darse cuenta de que después de la grandiosa tormenta se avecinaria la ansiada paz..


Ella era, por naturaleza, un alma serena y sigilosa que buscaba dentro de los árboles el sustento y el cobijo en las noches oscuras...era esbelta y lo es...porque aún su bello cuerpo irradia belleza y elegancia en su caminar...es etérea como todas las hadas...pero Illyllon es especial...es una Dama de la Noche...es un suspiro...una luz...Era y es la Reina de las Hadas Protectoras...el sentido común se apoderó de ella cuando nació y la sensibilidad para amparar a los más desgraciados le otorgó el ansiado tributo del respeto entre sus iguales...


La tormenta no cesaba e Illyllon que podía parecer frágil entre aquellos arrebatos tormentosos, se iba adentrando cada vez más en el bosque de Irleón ...montada en Aisheed su corcel blanco, permanecia segura de lograr encontrar el camino de vuelta y de repente su cuerpo se agitó a la par que un fiero rayo la poseía e intentó desacerse de aquella terrible fuerza cósmica que la envolvía . Illyllon pensó que iba a ser atrapada por aquella extraña fuerza y raptada hacia otros mundos difíciles de aventurar pero sinembargo el cielo pareció abrirse y conectar con su cuerpo y su mente...estaba en otra dimensión...el miedo ya no la acuciaba y empezó a sentirse inexplicable y placenteramente bien...Illyllon había permanecido así durante unos minutos cuando el rayo cedió y ella, espectacular, estaba dominada por una sensación nueva que nunca había conocido...el Poder de la Oscuridad y su Mensajero de la Luz había puesto en ella la magía, el don de ser Luz Perpetua hasta el final de sus días...dentro de la densa oscuridad siempre sería la Luz iluminadora de otros, seres oscuros y de todos aquellos cuya luz se apagó alguna noche...


Illyllon era pues Luz Perpetua...la diosa de la Luz en el bosque de Irleón..